La final de la Copa Libertadores que River y Flamengo debían disputar el 23 de este mes en Santiago de Chile, finalmente se jugará ese mismo día en Lima, a las 17 de nuestro país. ¿El motivo? Por demás conocido: el conflicto social que estalló hace unas semanas en aquel país trasandino.
El cambio se consensuó en una dilatada reunión que mantuvieron esta tarde en la sede de Conmebol, en Paraguay, los presidente de ambos clubes junto a los titulares de las asociaciones de fútbol de Argentina y Brasil, y dirigentes del máximo organismo sudamericano de fútbol.
El juego, entonces, se celebrará en la capital peruana y el estadio será el Monumental, un escenario para 80 mil espectadores que prácticamente duplica la capacidad del estadio Nacional de Santiago de Chile, que cuenta con 48 mil lugares.
Hace una semana, el gobierno trasandino había ratificado la final en Santiago, pero nuevamente volvieron las protestas y hay una marcha prevista para el sábado 23 de noviembre hacia el estadio Nacional, motivo que terminó de convencer a la Conmebol para iniciar las gestines para realizar un cambio de sede.
De esta manera, se abrió el abanico de otras ciudades para ser el epicentro del partido más importante del continente, como Asunción, Montevideo, Lima, Barranquilla e incluso Porto Alegre.
Incluso circuló la versión de alargar la definición una semana más y disputar ese partido el 30 de noviembre, por cuestiones de logística.
Durante toda la tarde de este martes circularon distintas y alocadas versiones. También trascendió que River no quería jugar en Asunción y pretendía definir la Libertadores en Montevideo, y que Flamengo estaba en contra de esa opción en la capital de Uruguay.
Lo concreto es que en las últimas horas de esta tarde llegó la confirmación y Lima, que fue candidata para recibir a las finales de los torneos continentales en 2020, en el estadio Nacional, albergará el decisivo duelo entre River y Flamengo.