San Lorenzo: la reconstrucción, la vuelta a Boedo y la asunción de Tinelli

Un año de sensaciones difíciles de describir vivió San Lorenzo en este 2019 que se extingue. Sin dudas no fue un año fructífero desde el punto de vista deportivo, peró sí fue fértil en lo institucional, porque finalmente tomó posesión del predio de Avenida La Plata donde sueña con volver a tener su estadio.

Diciembre encontró otra emoción fuerte para el club azulgrana fuera de los límites de la cancha, porque tomó las riendas del club Marcelo Tinelli, quien acompañó el período de Matías Lammens como presidente en el que San Lorenzo logró, por caso, su primera y de momento única Copa Libertadores.

Y Tinelli, al igual que quienes trabajan en la vuelta a Boedo desde hace tiempo, tiene un objetivo principal: la construcción de un nuevo estadio, el tercero de su historia, en los terrenos recuperados en ese barrio porteño que es parte de la identidad del club.

El lado opuesto de esa moneda indica que desde lo deportivo el panorama no fue demasiado alentador. La temporada comenzó con Claudio Biaggio, tuvo un breve paso de Diego Monarriz (actualmente confirmado como entrenador para 2020) y tuvo un frustrante desenlace, con Jorge Almirón al frente del barco.

Doce partidos debió esperar Almirón para obtener un triunfo en la Superliga. Claro, con el agravante de haber sumado, en un mercado de pases de principio de año por demás austero, a jugadores que conocía de su anterior paso por Colombia pero que nunca rindieron con la azulgrana en el pecho.

De hecho, fue aquella victoria, un 1-0 como visitante ante Rosario Central, la única que San Lorenzo pudo cosechar con Almirón.

La campaña, pésima desde todos los ángulos, dejó a San Lorenzo en el puesto 23 entre 26 equipos que participaron en la Superliga y sin la posibilidad de afrontar torneos internacionales en 2020.

Juan Antonio Pizzi, campeón local en 2014 con el conjunto de Boedo, fue designado para torcer el rumbo en la nueva temporada. Pero el técnico santafesino vio extinguir sus laureles cuando cinco derrotas en seis partidos le pusieron el punto final a su segundo ciclo en el club.

Monarriz otra vez se puso el traje de bombero, acomodó algunas clavijas sueltas y le dio la oportunidad a jugadores relegados, por caso, a la joven promesa Adolfo Gaich, quien respondió la confianza con goles.

El ahora ex entrenador de la Reserva, después de su confirmación al frente del plantel profesional, intentará el año próximo continuar con la reconstrucción y, por qué no, dar pelea.

San Lorenzo comenzará 2020 a sólo 4 puntos del líder Argentinos y sin torneos internacionales en el horizonte. Y en el marco de una Superliga particularmente pareja, con muchos equipos separados por pocas unidades, todo puede suceder.