Messi: se hizo desear, pero llegó el gol 700

Lionel Messi convierte en oro el barro. Transforma en una obra de arte de vanguardia unos cuantos cacharros encontrados por ahí. Messi no desespera y espera. Messi es así, paciente. Utiliza esa cualidad para no perder la cabeza cuando una nueva marca en su carrera se hace esquiva. Y la alcanza.

No lo hace como el resto. Le pone su sello. Esperó tres partidos para que una pelota impactada por su zurda prodigiosa fuera a descansar a una red rival.

De penal, ante Leganés, por la fecha 29, convirtió su gol 699. En la noche catalana de este martes, por el capítulo 33, y por la misma vía, alcanzó los 700 (630 en Barcelona y 70 con la camiseta de Argentina).

Atrás quedó la sequía frente a Sevilla, Athletic de Bilbao y Celta. Seguramente olvidó todo lo que se habló desde el sábado por una supuesta enemistad con un ayudante de Quique Setién, su entrenador.

Con decisión, Messi se paró frente a la pelota después de la falta (¿falta?) dentro del área penal de Felipe a Semedo, a los 4 del segundo tiempo del partido ante Atlético de Madrid.

Y nada de asegurar el remate: la picó. Sí, acarició la pelota por debajo con romanticismo. Y celebró una nueva marca. Una más.