El otro argentino que salió campeón de la Europa League con Villarreal


Gerónimo Rulli
 fue el gran héroe de la reciente coronación internacional de Villarreal; Juan Foyth fue el guerrero herido que contribuyó pese a su rostro magullado y sangrante, y Ramiro Funes Mori no tuvo acción en esa final de Europa League pero fue otra pieza importante en la campaña. 

Además de los tres futbolistas que levantaron la Copa, hubo otro argentino que fue parte de este primer título internacional de Villarreal: Hernán Sanz, Director de Comunicación del club español.

“Me vine a España en 2005, terminaba mi pasantía en el diario deportivo Olé y tenía ganas de probar y continuar mi carrera periodística en el exterior. Era la época del Villarreal de los sudamericanos: Riquelme, Forlán, Sorín, Gonzalo Rodríguez, Arruabarrena… que al año siguiente jugó la semifinal de las Champions. Vi que podía ser una buena posibilidad de trabajo, por el proyecto serio del club y al tratarse de una ciudad pequeña, a diferencia de las grandes ciudades donde hay periodistas de todas nacionalidades”, le contó Sanz a IAM Noticias.

El ingreso del argentino al Submarino Amarillo no fue inmediato. “Sabía que era un club organizado, serio y ambicioso, que me podía dar la posibilidad de crecer, pero no conocía a nadie. Es más, no sabía ni donde estaba la ciudad en el mapa. Solamente era amigo de Gonzalo Rodríguez, porque yo había trabajado en medios partidarios de San Lorenzo y nos conocíamos de ahí. Entré al periódico Mediterráneo y después a la UEFA porque necesitaban un periodista que hablara inglés para trabajar en la Champions. Así conocí a gente del club y me ofrecieron llevar los temas de prensa del Villarreal, coincidiendo con su proceso de profesionalización del área”, recordó. 

“Empecé, en 2006, manejando temas periodísticos y trabajando para la televisión oficial del club. Desde 2009 estoy como Director de Comunicación del club; tengo contacto con el presidente y directivos, coordino las redes sociales, mantengo contacto con el plantel y lidero los aspectos comunicativos del club en todas las áreas”, explicó con la voz aún afónica, consecuencia de los festejos, el stress y el cansancio de la hazaña protagonizada por Villarreal, pero manteniendo el acento porteño. 

Sanz -casado con una española y con un chaval de 3 años llamado Martín- hizo una radiografía del Villarreal: “Es un club muy estable, organizado y modelo, no sólo España sino ahora también internacionalmente. La ciudad tiene sólo 50.000 habitantes, que reflejan la filosofía y los valores del club. Mucha gente se alegró de este triunfo porque vieron que triunfó el buen trabajo”.

“Veníamos de jugar cuatro semifinales europeas, y esa era la barrera que nos faltaba superar. Por eso valoramos llegar a esta final. Este año superamos ese karma y nos tocó uno de los equipos más poderosos del mundo, Manchester United que era favorito. Los días previos fueron con mucha tensión, por todo lo que requiere organizar el trabajo, sobre todo en tiempos de protocolo sanitario”, manifestó. 

Del partido que catapultó al Villarreal a la historia, contó: “Lo vi desde el banco de suplentes anexo, junto a algunos integrantes del cuerpo técnico y jugadores que quedaron fuera de la convocatoria. Fueron 90 minutos con muchos nervios, que se incrementaron mucho más en el alargue. Con los penales llegó la tensión máxima, yo no paraba de caminar. Cuando Rulli atajó, salí corriendo como loco a la mitad de la cancha y solté la alegría abrazándome y saltando con los jugadores”.

“Obviamente es normal que tenga mucha cercanía con los jugadores argentinos. Con Funes Mori tengo una muy buena relación y con Foyth y Gero Rulli que llegaron este año también, aunque la pandemia nos obligó a estar distantes por cuestiones sanitarias. Al final del partido nos dimos un abrazo muy lindo, algo muy emotivo”, se emocionó Sanz

También reveló su diálogo con Gerónimo Rulli: “Le pregunté si había pateado alguna vez un penal y me contestó que nunca, que era la primera vez que le tocaba. Me dijo que lo único que quería era pegarle fuerte, pero sin saber adónde y que por suerte entró muy cerquita del palo y muy difícil de atajar para el arquero. También me dijo que no sabía cómo podía patear De Gea porque nunca lo había visto pateando un penal; y que tuvo la decisión intuitiva a ultimo momento de jugársela a la izquierda”

Sanz, además de su labor profesional, aportó un tema musical que ya es un himno en Villarreal: Violeta, de Alcides. “Empecé a llevar música bailantera al vestuario, y ese tema pegó mucho. No sólo lo coreaban los jugadores argentinos, sino también los españoles, franceses y turcos. Después la hinchada de Villarreal también lo adoptó como propio. Y después de la final en Gdansk, por la voz del estadio pusimos el himno oficial del club y a continuación Violeta y los más de 2000 hinchas de Villarreal lo corearon en la tribuna y los jugadores acompañaron adentro. Para mí fue trasladar un gen argentino  a Villarreal”, completó.