Cuando Inglaterra era más que Dinamarca, un error del árbitro, avalado por el VAR, lo metió en la final

Foto: UEFA

Inglaterra superó a Dinamarca 2 a 1, en tiempo suplementario y con un gol muy polémico, tras empatar los 90 minutos, en Wembley, y avanzó a la final de la Eurocopa 2020.

Esta semifinal se resolvió con una enorme equivocación del árbitro neerlandés Danny Makkelie, que cobró penal luego de una caída de Rasheen Sterling -uno de los mejores y más desequilibrantes delanteros de esta Eurocopa-, sin que existiese infracción de Maele o Jensen, que intentaron frenar su gambeta. La consulta con el VAR no enmendó el error y Harry Kane, en el rebote luego de que Schemeichel tapase el penal, selló el pasaje inglés a la final, a los 13 minutos del primer tiempo suplementario.

Antes hubo 90 minutos muy parejos e intensos. Inglaterra recién mostró superioridad en los 30 adicionales, tras el empate 1 a 1 en el tiempo reglamentario.

Un golazo de tiro libre, ejecutado por Mikkel Damsgaard, a los 29 minutos, superando la barrera y bajando con efecto en el arco de Jordan Pickford, coincidió con el mejor momento de Dinamarca. Fue el primer gol que recibió Inglaterra en esta Eurocopa.

Unos instantes antes de esta apertura del marcador el mismo delantero danés había disparado un derechazo cruzado que salió cerca de un ángulo.

Emparejó Inglaterra, con un pase perfecto de Harry Kane para la veloz escapada de Bukayo Saka, por derecha, que siguió con centro atrás al medio del área donde entraba listo para definir Raheem Sterling, pero Simon Kjaer se tiró al piso para despejar y tuvo la mala fortuna de meter la pelota en su propio arco, a los 38 minutos.

Pocos instantes antes, Kasper Schmeichel había protagonizado una atajada espectacular ante un fuerte remate frontal y cercano de Sterling.

En el segundo tiempo se mantuvo la paridad y la intensidad, con situaciones para ambos equipos. La más clara fue un cabezazo de Maguire que obligó a Schmeichel a una elástica volada, estirando su brazo derecho al máximo para despejar.

En esos instantes finales del tiempo reglamentario, Inglaterra estuvo más punzante y extendió esa intensidad ofensiva en el alargue. Pronto, a poco de iniciado el primer tiempo extra, un peligroso disparo de Kane motivó otra gran salvada de Schemeichel.

En esos 30 minutos agregados, Inglaterra estuvo más entero y sólido. Sin embargo desniveló con el mencionado error del árbitro, ratificado por el VAR. Harry Kane pateó el penal, atajó Schmeichel y el rebote lo capturó el goleador inglés para poner el 2-1 que depositaría a su equipo en la final.

En los últimos minutos intentó reaccionar Dinamarca, pero Inglaterra esperó ordenado y lanzó amenazantes contragolpes. Pero el resultado no se modificó.

Inglaterra jugará el domingo la gran final, también en Wembley, con Italia, que viene de dejar en el camino por penales a España.