En los últimos años, el Barcelona ha sufrido actuaciones arbitrales muy polémicas ante el Inter de Milán en el Giuseppe Meazza.

Al Barcelona de Hansi Flick no le espera un partido fácil ante el Inter de Milán en el Giuseppe Meazza. El 3 a 3 logrado por los de Inzaghi en la ida jugada en Montjuïc la semana pasada quizá les da un plus de ventaja pero el conjunto azulgrana ya ha demostrado esta temporada que puede ganar a cualquiera y en cualquier estadio.
Deberán enfrentarse a un Inter rocoso en defensa y letal en ataque pero, además, deberán evitar que el árbitro del duelo se convierta en protagonista por su actuación. Viendo los precedentes, quizá no lo tengan fácil. El Barcelona tiene muy mal recuerdo de sus últimos arbitrajes en Milán. Vaya, que salieron escaldados y con los jugadores y técnicos muy cabreados.
La polémica más reciente fue en el año 2022, con Xavi Hernández en el banquillo. El equipo azulgrana estaba volcado buscando el gol del empate cuando Sergi Roberto colgó un buen balón en el área interista. Ansu Fati iba a rematarlo pero Denzel Dumfries se le adelantó para rechazar el balón con la mano. La acción fue muy clara.
Los jugadores enseguida pidieron penalti pero el árbitro, Slavko Vincic, no quiso pitarlo. Lo que todavía indignó más a los azulgrana fue que, una vez que el balón salió fuera, Vincic paró el partido por instrucciones del VAR, pero les hizo caso omiso y reanudó el juego sin ni siquiera acercarse al monitor para comprobar la jugada.
Pero es que además, minutos antes había anulado un gol a Pedri por unas manos involuntarias de Ansu Fati en el salto con Onana. “Estamos indignados, la sensación es de indignación. Que salga el árbitro y dé explicaciones. Ha sido una injusticia. Los árbitros tienen que hablar y explicarse porque no entendemos nada”, aseguró Xavi después del partido. Esa temporada, el Barça cayó en la primera fase.
El recital de errores de Benquerença
Todavía escoció más al Barcelona el arbitraje de Olegario Benquerença en la semifinales del Inter-Barça de 2010. Fue la gota que colmó el vaso de una eliminatoria en la que la expedición azulgrana ya tuvo que viajar a Milán en autocar (con para para dormir en Cannes) por culpa de la erupción del volcán islandés Eyjafjallojokull, que paralizó el tráfico aéreo, y que los dejó más cansados antes del partido.
El colegiado portugués, que jamás volvió a pitar al Barcelona, no pitó una falta muy clara a Leo Messi antes del contragolpe que supuso el 2-1 en el marcador, obra de Maicon, no señaló fuera de juego en el 3-1 de Diego Milito y se tragó un penalti clarísimo de Sneijder sobre Dani Alves.
Los jugadores del Barcelona acabaron indignados y fueron a hablar con Benquerença al final del partido, pero el colegiado no atendió a razones. La final de esa edición era en el Santiago Bernabéu y al barcelonismo le hacía una ilusión especial poderla ganar en el campo del eterno rival. En la vuelta, el Barça ganó 1-0.
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