Por los esfuerzos de la temporada (57 partidos jugados ya), calendario (esperan Villarreal y Athletic) y rival, el objetivo de los de Flick es rematar LaLiga en Cornellà… si antes no pincha el Madrid.
“Quedan tres puntos más”, se apresuró a decir Hansi Flick en la rueda de prensa de prensa posterior al Clásico cuando se le preguntó si se veía campeón. En puridad, con dos empates el Barça lo tendría hecho, porque sumaría 84 puntos, los mismos que el Madrid podría sumar si es capaz de ganar a Mallorca, Sevilla y Real Sociedad en las tres últimas jornadas. Pero al alemán le toca ser precavido. Y al vestuario azulgrana, apretar los dientes una semana más. “Es un paso grande”, admitió Gavi. La plantilla lo celebró y algunos atrevidos hasta fueron a Canaletes a festejarlo.
Las matemáticas, pues, todavía le dicen que no al Barça, que tampoco ha jugado una Liga perfecta. Pese a sus espectaculares 95 goles, está en 82 puntos, lejos de aquellas Ligas de tres dígitos que ganaron Mourinho y Tito Vilanova, y que ha acumulado cinco derrotas. Por eso, todavía tiene que sumar un triunfo más. Sí hay prisa por hacerlo. Y, en el fondo, al Barça le sobran los motivos. La temporada ha resultado agotadora, 57 partidos. Ha llegado casi al final del camino en todas y tiene ganas de terminar el trabajo. Además, tampoco se puede fiar. En las dos últimas jornadas le esperan Villarreal y Athletic Club, que podrían estar luchando aún por la Champions. Y el rival es el vecino. El Espanyol, que también se estará jugando la salvación matemática; y que no querrá ver al Barça campeonar de nuevo en su casa como en la temporada 2022-23, a las órdenes de Xavi.
Una variable cambiaría todo. El Barça podría ser campeón antes de tiempo si el Madrid tropieza contra el Mallorca el miércoles en el Bernabéu. No parece un escenario probable y no es con la mentalidad con la que afrontará el partido el Barça esta semana. Flick no quiere dejar nada en manos de la improvisación y tiene como objetivo que sus jugadores, pese a que el trabajo esté casi hecho, se focalicen unos días más. Con victorias es más sencillo, pero el Barça tiene prisa por cantar el alirón.
as