Los nadadores argentinos, enfocados en Tokio 2020

Foto: Prensa CADDA

La natación le entregó a Argentina tres medallas olímpicas a lo largo de la historia, aunque la última fue hace 17 años, en Atenas 2004. Sin embargo, Tokio 2020 aparece como una buena posibilidad para volver a posicionarse en este deporte, y los cuatro representantes argentinos que competirán en Japón lo asumen con responsabilidad, y trabajan en ese sentido.

La apreciación no suena antojadiza. Delfina Pignatiello y Virginia Bardach, de hecho, vienen de poner a la natación argentina en lo más alto de los últimos Panamericanos, disputados en Lima en 2019.

La joven Pignatiello, de 21 años, de hecho se colgó allí nada menos que tres medallas de oro, en 400, 800 y 1500 metros libres. Estas últimas dos especialidades la tendrán como una de las grandes atracciones en Tokio.

Virginia Bardach, por su parte, se consagró en Lima en 200 metros mariposa y también se llevó una medalla de plata, en 400 metros combinados, prueba en la que competirá en la capital japonesa esta nadadora cordobesa, hermana de Georgina Bardach, bronce en Atenas 2004.

Julia Sebastián, plata en 100 metros pecho y bronce en 200 metros pecho en Lima 2019, irá en busca de una medalla olímpica en esas mismas especialidades, mientras que Santiago Grassi, doble bronce en la capital peruana, en 4×100 relevo combinado y 4×100 relevo mixto, participará en Tokio en 50 metros libre y 100 metros mariposa.

Con Gustavo Roldán como jefe técnico y Germán Calvelo como jefe de equipo, los nadadores argentinos, después de la fase final de su preparación realizada en el Hamdan Sports Complex de Dubai, en Emiratos Árabes Unidos, viajarán en las próximas horas a Tokio.

A partir del 18 de julio, todos ingresarán a la Villa Olímpica para esperar el inicio de la actividad, programada para el 24 de julio en el Centro Acuático de Tokio.

Además de la de Georgina Bardach en Atenas, Argentina ganó en natación las medallas de oro en Amsterdam 1928, por intermedio de Alberto Zorrilla, y de plata, en Berlín 1936, a través de Jeanette Campbell.