Se ahonda la crisis de Vélez: renunció Ricardo Gareca y los socios coparon el club con sus reclamos

Foto: Vélez Sarsfield

La nueva derrota ante Belgrano, en Córdoba, no sólo complicó más el presente (y el futuro, con amenaza de descenso) de Vélez Sarsfield sino que también arrastró a Ricardo Gareca a presentar la renuncia. Disgustados por el oscuro panorama, un numeroso grupo de socios de El Fortín se autoconvocó en el club para hacer oír su disgusto y sus reclamos.

Aún sabiendo de lo complicado de la situación, el Tigre Gareca había aceptado la propuesta de regresar a Vélez, donde conquistó cuatro títulos en cinco años y cautivó a la hinchada por su estilo de juego. Llegó para sacar las papas del fuego, pero se terminó quemando. No se lo puede catalogar, de ninguna manera, como el principal culpable responsable, más allá de algunos errores tácticos puntuales. Las fallas, graves, venían de bastante antes.

Así lo entendieron los socios que en la sede repartieron insultos para directivos, principalmente, y futbolistas, y que cantaron a favor de Gareca, en reconocimiento, agradecimiento y apoyo. Los hinchas pedían la continuidad del entrenador. La Comisión Directiva encabezada por Sergio Rapisarda viene siendo, desde hace varios meses, muy cuestionada y criticada por sus decisiones y actitudes en el manejo de la institución.

En un lapso breve pasaron cuatro técnicos -Mauricio Pellegrino, Julio Vaccari, Alexander Medina y Gareca- y el equipo se fue hundiendo cada vez más en las tablas de posiciones. Hoy, Vélez está a un punto del descenso directo. El plantel sufrió pérdidas valiosas en lo futbolístico, aunque redituables en lo económico, e incorporó refuerzos lejos de la altura (la mayoría rescindieron al poco tiempo).

Gareca debutó, en este segundo ciclo, con un empate ante Platense, siguió con una goleada a Central Córdoba y una igualdad ante Defensa y Justicia, mostrando un cambio de actitud y mentalidad. Esa ilusión de recuperarse se estrelló con el empate ante Banfield, pasando de un excelente primer tiempo a un decepcionante segundo. Ese fue el partido bisagra. Y a partir de ahí, no se recuperó más. En total, en este segundo paso el Tigre registró 1 triunfo, 7 empates y 4 derrotas.

Venía preocupado Gareca por la mala campaña y por no encontrarle la vuelta a un equipo plagado de pibes y con experimentados en bajo nivel, sumado a los problemas institucionales. En Córdoba empezó a acelerar la idea de dar un paso al costado. Hubo versiones, inexactas, de una descompensación y un problema de salud al finalizar el partido. Inexacto, el técnico sólo sufrió un dolor de cabeza y por eso pidió que le tomasen la presión y se comprobó que estaba normal.

Lo que le dolía a Gareca era no poder reactivar al equipo, justamente del club que cautiva su corazón y sus sentimientos. Analizó el tema durante la mañana -no estuvo en la Villa Olímpica dirigiendo la práctica liviana- y a última hora de la tarde se reunió con Christian Bassedas, Director Deportivo y mentor de la llegada (por segunda vez) del Tigre a Liniers, para anunciarle que dejaba el cargo. No hubo forma de convencerlo, pese a los intentos, para que revea su decisión y continúe al frente del plantel.

Mañana, lunes, Gareca se despedirá de los futbolistas y auxiliares en la Villa Olímpica y luego brindará una conferencia de prensa. Como sucedió tras la salida del Cacique Medina, Marcelo Bravo, DT de la Reserva puntera del torneo, asumirá interinamente y será el DT el miércoles cuando Vélez enfrente a Deportivo Español por la Copa Argentina. ¿Seguirá hasta el final del campeonato de la Liga?

No es el único interrogante que asoma en Liniers. ¿Habrá efecto dominó de renuncias, siguiendo a Gareca?, ¿Se respetará el pedido formal de un grupo de socios que pidieron, por la vía legal, una Asamblea Extraordinaria para adelantar las elecciones?, ¿Cuál será la movida de la oposición?. La única certeza es que el clima en Liniers está muy caldeado y que se acaba de incinerar a otro ídolo.