Las polémicas del Al Hilal-Al Nassr cabrearon al portugués, que hizo un gesto de que habrían pagado al árbitro y se fue mandando besos mientras le gritaban “Messi, Messi”.
Cristiano Ronaldo vivió una tarde aciaga en el gran partido de Arabia entre Al Hilal y su equipo, Al Nassr. La dura derrota (3-0) vino acompañada de una serie de decisiones polémicas del árbitro, el colombiano Wilmar Roldán. Los aficionados de Al Nassr montaron en cólera por lo sucedido.
Todo ello hizo que el crack portugués explotara. Se le vieron gestos de contrariedad y hasta uno en el que parecía indicar que Al Hilal había pagado al árbitro. La afición local le despidió con gritos de “Messi, Messi, Messi”, lo que llevó al delantero a responder sarcásticamente mandando besos a la grada.
Cristiano se queja de varias jugadas que resultaron determinantes. Al de Madeira se le anuló un gol que hubiera sido clave (era el empate) por un fuera de juego milímetro que sólo el sistema semiautomático de detección corroboró. En la imagen, tanto él como el defensa están en línea.
Poco después también reclamó un penalti de Bono, el portero marroquí que le cayó encima tras despejar un balón y que acabó derribándolo. Roldán, pese a la insistencia de Cristiano, no fue ni siquiera a verlo al VAR. El portugués también estuvo implicado en la jugada del 2-0, un remate de Mitrovic en un córner en la que pidió falta sobre él mismo que tampoco fue revisada.
Todo esto, y la dura derrota final que les deja a siete puntos de la cabeza, hizo que Cristiano y los suyos se fueran muy enfadados con el árbitro. Un mazazo para un Cristiano que hasta el momento sólo ha podido ganar uno (la Copa Árabe) de los cuatro títulos disputados con Al Nassr.
AS