Crisis Primera RFEF: deudas, altos costes, retrasos, especulación…

La tercera división del fútbol español acumula muchas críticas por parte de un amplio sector de equipos que militan en ella: “Es la única categoría que no es rentable”.

El 7 de abril de 2004, el Deportivo apabulló con un histórico 4-0 al todopoderoso Milan, que defendía título, en los cuartos de final de la Champions. El 13 de marzo de 2013, el Málaga derrotó al Oporto por 2-0 y se clasificó para los cuartos de final de la Champions. El 20 de diciembre de 2006, el Recreativo asaltó el Bernabéu y derrotó por 0-3 al Real Madrid en la jornada 16 de Primera división. El 16 de mayo de 2004, el Real Murcia venció 2-1, en La Condomina, al Real Madrid en partido de la jornada 37 de LaLiga. Eran otros tiempos. En la actualidad, Deportivo, Málaga, Recreativo, Murcia… penan en la Primera RFEF. La tercera categoría del fútbol español ha ganado nivel deportivo con la presencia de estos cuatro históricos venidos a menos y de otros ilustres clubes, como Córdoba, Castellón o Sabadell, que también han vivido momentos mejores a los actuales. A pesar de la presencia de estos ‘grandes’ y de tener un formato más atractivo, la Primera RFEF acumula muchas críticas por parte de un amplio sector de equipos que militan en ella.

El primero en alzar la voz sobre los problemas de la categoría de bronce del fútbol español ha sido el exfutbolista y actual propietario del Atlético Sanluqueño, Juan Cala. “La Primera RFEF es la única categoría del fútbol español que no es rentable para cualquiera de los clubes. De hecho, el año pasado se perdieron 40 o 50 millones de euros y este año va camino de ello. No puede ser rentable cuando hay unas exigencias mínimas en salarios, desplazamientos arbitrajes y costes federativos, que te llevan a más de lo que se tiene vendido en derechos televisivos. Estoy hablando de 400.000 o 500.000 euros, como mínimo. La Segunda RFEF la hacen viable, la Tercera RFEF también, y la Primera RFEF es inviable económicamente”, explica Cala, quien lanza un aviso: “Y eso, o se arregla pronto o se acabará. La Primera RFEF está endeudando a los clubes directamente. O esto se vende de otra forma, o los costes federativos bajan, o subimos ingresos. No hay otra forma. No puede ser que cada año cada propietario, cada club o cada junta directiva tengas que estar poniendo dinero cada temporada. Eso lo aguantarán cada vez menos clubes y llegará el momento en que se tenga que cambiar el modelo”.

Quejas por los derechos televisivos

Tras esta reflexión de Juan Cala a AS, muchos han sido los clubes que han respaldado al propietario del Atlético Sanluqueño. Algunos de ellos prefieren mantener el anonimato, pero sí manifiestan su visión de la problemática generada en torno a la Primera RFEF. Uno de los presidentes que no quiere desvelar su identidad para evitar posibles represalias explica abiertamente que “la categoría, tal y como está, está mal vendida. Porque la realidad es que la RFEF puso el tender, recibió una oferta de más de 7 millones por parte de LaLiga para retransmitir la competición en LaLigaTV y fue rechazada alegando conflicto de intereses. Al final la vendieron por mucho menos dinero. Una productora de televisión que además no tiene ese dinero y que lo acaba cubriendo la RFEF. Precisamente por ese tema ha habido retrasos en los pagos este año, aunque ya están al día”. Uno de los ‘grandes’ de la Primera RFEF va en la misma línea y, bajo compromiso de anonimato, también pone su punto de mira sobre el aspecto económico y el reparto de ingresos correspondientes a los derechos televisivos: “Solo hemos recibido un pago, y menor. No tenemos plazos para los siguientes ni tampoco la cantidades, ni las fijas ni las variables, que vamos a recibir. El contrato con la televisiones autonómicas lo firmó directamente ATM sin los clubes y no tenemos noticias de la cantidad. No sabemos lo que nos corresponde, ni siquiera si nos corresponde algo”. Esta misma fuente hace hincapié en otro punto relativo a la difusión audiovisual de la categoría: “La calidad de las retransmisiones es bajísima y muchas veces hay socios que se nos quejan a nosotros como si fuese culpa nuestra, que en eso no tenemos nada que ver ni podemos hacer nada”.

Responsabilidad compartida

Pero no todos los presidentes que atienden a AS para este reportaje lo hacen preservando su anonimato, también los hay como Roberto Pescador, presidente de Unionistas, quien hace una amplia exposición de la problemática, desde su punto de vista, y considera imprescindible un control económico riguroso: “Esta categoría tiene muchos problemas. Algunos creados por cómo está configurada la competición, por la RFEF, y otros también por los clubes. Para mí, el principal es el control económico. Lo consideramos fundamental. Se está implantando, pero este año se ha implantado de una manera que lo único que se le exige a los clubes que tienen pérdidas o desfases, es avalarlo con declaraciones responsables o documentos que no comprometen a nada. Lo que en teoría va a ser a partir de la temporada que viene es comprometerlo con aval bancario. Y que si dejas de pagar, esos clubes sean descendidos”.

Terreno para especuladores

En este sentido, Roberto Pescador no responsabiliza sólo a la RFEF, sino que también señala a los equipos, “porque también es un problema de los equipos. Algunos tienen que hacérselo mirar. No se puede reducir todo a ‘dame más dinero para fichar jugadores y poder competir’. Aunque quizá haya clubes que no quieran ese control económico. En esta categoría hay mucho que viene, mete dinero para ver si suena la flauta, y si no suena se largan y te dejan con la deuda. Eso también hay que controlarlo. Que un club gaste porque tiene 20.000 socios, pues bien. Pero si eres un club que tiene 2.000 socios, tendrás que competir con ese poder. No venir diciendo que van a meter 5 millones de euros. Cuando los pongan y los tengas avalados, lo haces. Pero mientras, no puede ser que estés dando a los jugadores 150.000 euros para que no se vayan a Polonia. Que des pérdidas y que luego digas que la competición es deficitaria”.

Altos costes federativos

Según el presidente de Unionistas, otros de los aspectos que originan la crisis económica que atraviesan gran parte de los clubes de la Primera RFEF son los gastos federativos y el bajo nivel del arbitraje: “Pagamos 3.000 euros por los arbitrajes. El último año de Segunda B, los pagaba la RFEF. Son 60.000 euros al año, que eso para mí son dos jugadores. Y además, el nivel del arbitraje deja mucho que desear y no va a acorde con la categoría. Esto se traduce en una mayor cantidad de tarjetas y sanciones a jugadores y entrenadores, que también producen un perjuicio económico significativo al club, una tarjeta roja te puede costar más de 600 euros sin haber sido por acciones violentas. Luego está el coste de las fichas P. Porque además las pagamos siempre los mismos, los clubes más modestos que vamos a fichar a Segunda Federación. Inscribir cada ficha P nos cuesta casi 2.000 euros más, porque los grandes firman jugadores que ya estaban en Primera Federación o incluso en Segunda División y esos ya están inscritos. Y eso sí está en manos de la RFEF. Que los costes federativos sean más bajos, que se reduzca el precio de los arbitrajes y que se quite la diferencia entre las fichas P de Primera Federación y Segunda Federación. ¿Por qué no es la misma?”.

Futuro incierto

Ante este escenario hay clubes que militan actualmente en Segunda RFEF y que aspiran al ascenso, que observan la situación de la Primera RFEF con cierto recelo. Tal es el caso del presidente del Gernika, Koldo Zabala, que espera que su equipo, que milita en la Segunda Federación, repita puestos para la Copa del Rey. “La Primera Federación acabará siendo una liga de filiales y de capitales de provincia”, advierte el mandatario, que califica el formato de “puñetera locura”. Y explica dicha aseveración: “Un tercio de la competición se juega el descenso, cinco el play-off, la zona de descanso no existe. Ofrece poca efectividad”. No obstante, sobre la RFEF tiene pocas quejas. Agradece los programas trazados desde la Federación Española denominados “Impulso 23 e Impulso 27″, que favorecen “el profesionalismo, pero falta ese último “paso”. También entiende que debería plantearse “a todos los clubes” unas auditorías, que cuestan “apenas 2.000 o 3.000 euros” para que se sepa “realmente las cuentas y de esa forma saber las subvenciones reales por seguridad social. Hay algún fallo económico y puede haber trampas”, desliza. Sobre las televisiones entiende que sólo recaudan “cuatro pesetas y media” por retransmisiones. Más que nada para cubrir el “servicio a los aficionados” ya que no les supone apenas ingresos atípicos. Con este gris escenario, la RFEF tiene mucho trabajo por delante para subsanar todos los problemas que denuncian muchos de sus clubes.

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