Ducati asusta con una moto ‘reciclada’

Bagnaia achaca la superioridad de la Desmosedici a “un mix perfecto” que ha rescatado los puntos fuertes de la GP22 y GP23. “El mejor paquete de hace años”, asegura.

Cuando las cosas funcionan no hay por qué cambiar y esa filosofía no solo la han adquirido en Ducati, sino que además, la han tomado al pie de la letra. Desde la fábrica de Borgo Panigale han visto como en otras sedes como la de Honda han llevado a cabo prototipos “revolucionarios” para intentar dar un paso adelante que no ha terminado de llegar, pero en Bolonia no ha hecho falta ningún cambio radical para presentar una moto capaz de asustar a los rivales cuando ni siquiera ha comenzado el curso. Porque a pesar de que la pretemporada se entiende como un trámite del que pocas conclusiones se pueden sacar, en este caso la de MotoGP deja una lectura clara: la Desmosedici parece imbatible.

Los tiempos de la categoría reina se rebajaron a nivel general durante los dos programas de test programados (en Sepang y Losail) antes de comenzar la campaña, y de ambas pruebas salieron las monturas de Ducati con el mejor tiempo. De hecho Bagnaia pulverizó el récord de Qatar, en manos de Marini (1:51.762) con la GP22, con un 1:50.952 al que solo se acercó Bastianini. El italiano rodó una décima más lenta que su compañero y vigente campeón, que dio las claves en DAZN de un paso adelante abismal por parte de la GP24: “Este estado de forma llega después de juntar todo lo que no funcionó en 2023 y lo que funcionaba en 2022. Han hecho un mix perfecto que, de momento, está funcionando muy bien. Todo lo que podíamos hacer, lo hemos hecho”.

Davide Barana, director técnico de Ducati, ya confirmó que la diferencia entre la GP24 y la GP23 sería más alta que la que hay entre la GP23 y la GP22. Y la valoración del referente en la casa de Borgo Panigale va en línea con esas palabras. “De momento, tenemos el mejor paquete desde hace varios años. La GP24 tiene los puntos fuertes de la GP22 y la GP23, por lo que hemos dado otro paso adelante”, comentaba Bagnaia, sobre una evolución que se entiende mejor con cifras. De la pretemporada 2022 (1:58.243) a la 2023 (1:57.969), la Desmosedici progresó en Sepang (la referencia de Qatar es inválida porque en los dos inviernos anteriores no hubo test en Losail) tres décimas. Mientras que en las últimas pruebas (1:56.682), la diferencia con el curso anterior se mejoró en 1.3 tres segundos.

Ese progreso significa que en Borgo Panigale se han sacado un segundo de la chistera, reciclando todo lo que funcionó en las dos versiones anteriores de una moto que ha conseguido lo que parecía imposible: mejorar un prototipo que ya parecía perfecto. ¿Cómo ha sido posible? Sin restar un ápice de importancia a todos los inventos aerodinámicos de un Dall’Igna que ha sido foco de copias de manera constante, atendiendo también a las peticiones de un piloto como Pecco, que ha hecho esa Ducati suya: “Tengo que decir que desde que llegué a Ducati en 2019 y desde 2020 que tuve una moto oficial, hemos trabajado mucho para obtener lo que me gustaba más. Desde 2021 yo empecé con todos los ingenieros de Ducati adaptar la moto a mi estilo”.

“Todos pueden ir rápidos con la Ducati”

La parte positiva de esa apuesta es que ”todos pueden ir rápidos con esta moto”. Como recuerda Bagnaia, en un pasado no muy lejano “la moto no giraba y ahora se puede frenar muy fuerte, entrar muy fuerte en las curvas…” y sobre todo, encontrar fácilmente un ritmo que también permitió destacar a Márquez con la GP23 que pilotará en el Gresini. Precisamente el español no dispondrá del último modelo y por lo tanto, de todas esas virtudes que ha adquirido la moto italiana en este último invierno. Pero como ya dejó claro en el ocho veces campeón en Sepang, donde mejoró el ritmo de Pecco durante el simulacro al esprint, hacer competitivo al prototipo anterior no es imposible. Simplemente habrá que comprobar, a partir del próximo 8 de marzo en Qatar, si ese “mix perfecto” es o no imbatible.

AS