Flamengo ratificó su poderío superando a Paranaense en la final y levantó la Copa

Foto: Conmebol

Flamengo le ganó Athletico Paranaense 1-0, en la final de la Copa Libertadores disputada en el estadio Monumental de Barcelona en Guayaquil, y se coronó campeón por tercera vez (segunda en los tres últimos años).

Gabriel Barboza, Gabigol, verdugo de River Plate hace dos ediciones y también autor de un gol en la pasada edición en la final perdida ante Palmeiras, anotó el único gol, cuando se jugaba tiempo de descuento del primer tiempo.

Everton Ribeiro -la figura del partido- inició la jugada, sobre la punta derecha, descargó en Rodinei, recibió la devolución y mandó un centro al segundo palo para que Gabigol, con su pierna izquierda, lo empujase al gol.

Un buen comienzo de Athletico Paranaense fue desarticulándose y Flamengo pasó a imponer su ritmo y su juego. Sin la brillantez de partidos anteriores en esta misma Copa pero dejando en claro su poderío y su jerarquía. El panorama se le facilitó más cuando Paranaense se quedó con un jugador menos, por la expulsión de Pedro Henrique -Patricio Loustau le mostró la segunda amarilla, por una infracción-, tres minutos antes del gol de Gabriel Barboza.

No terminó de liquidarlo Flamengo en el segundo tiempo, ni siquiera en los momentos que abrumó con su seguidilla de toques y control de territorio y pelota, y en los instantes finales Paranaense se acercó, en un par de oportunidades, con peligro.

La final exclusivamente brasileña, una vez más, desembocó en carnaval para el equipo carioca. Flamengo, ratificando y dejando en claro que en el presente es, lejos, el mejor equipo del continente festejó en Ecuador. Y será el representante sudamericano en el Mundial de Clubes.

Otro mérito de Flamengo fue haber finalizado invicto su participación en esta Libertadores. De los 13 partidos que jugó ganó 12; el único rival que le quitó puntos fue Talleres: empataron 2-2, en Córdoba, por la fase de Grupos.