Villa Gesell, a punto para una nueva edición de su tradicional fiesta de fútbol femenino

Desde el sábado 19 al lunes 21 de noviembre, Villa Gesell volverá a recibir a uno de los torneos amateurs de fútbol 7 femenino más emblemáticos de Argentina: la Copa Gesell, certamen que celebrará su decimotercera edición, con la participación de cuarenta equipos, divididos en Zona Oro y Zona Plata, no federados de todo el país, 

Los partidos se disputarán en las tres canchas de Fútbol 7 del Complejo El Arco, ubicado sobre la ruta de entrada a la ciudad de Villa Gesell. Y la pelota rodará, de manera simultánea, los tres días de competencia.

La Copa Gesell tuvo su estreno en noviembre de 2011, con la intervención de cinco conjuntos, y a partir de ahí no detuvo su expansión. El impasse obligado por la pandemia de coronavirus fue la única interrupción sufrida y la temporada pasada tuvo su reanudación. 

Su creador y organizador, Marcelo La Delfa -profesor de educación física y árbitro de handball- explicó que “este año habrá un pequeño cambio reglamentario, ya que lo adaptaremos al reglamento oficial de la Federación de Fútbol 7; por ejemplo habrá shoot out ante la sexta fecha en el mismo tiempo”.

“Otra novedad será que, entrando al mundo virtual, todos los equipos tendrán su NFT y también las campeonas, la goleadora y la arquera menos vencido recibirán sus NFT personalizados”, agregó La Delfa. Y sentenció: “Siempre queremos que todos los equipos se vayan contentos. Somos un torneo que no da grandes premios, pero donde todas las participantes se llevan algo”.

En esta edición competirán equipos de CABA, Buenos Aires, Neuquén, Santa, Fe, La Pampa, Entre Rios, entre otras provincias. Participan jugadoras de 15 a 55 años y la condición es que no jueguen en clubes federados. Para Pascuas se disputará otra edición, pero reservada al semillero: Sub 14 y Sub 16.

La Delfa destaca el sentido de la Copa Gesell: “Queremos que lleven amistades y buenas relaciones, lo lindo del deporte. Se dieron casos de equipos que se conocieron acá y luego se invitaron a jugar amistosos en sus localidades; o dos equipos que se fusionaron y jugar la edición siguiente”.

Explica que “las jugadoras saben que vienen a un torneo tranquilo. Es competitivo, por supuesto, pero priva la buena onda y la fraternidad entre equipos y futbolistas. Por eso muchas nos siguen eligiendo y siguen viniendo todos los años”.