Ramos, modelo de renovación

Rakitic y Navas, otros dos pesos pesados del vestuario, terminan contrato en junio. En el Sevilla no se descarta renovarles, pero con un sueldo parecido al que cobra el camero.

50 goles suma Ivan Rakitic con el Sevilla con el tanto que sirvió para empatar en el Nuevo Mirandilla ante el Cádiz. Una cifra que le convierte en el segundo centrocampista más goleador de la historia del club nervionense, sólo por detrás de Enrique Montero. 13 de 14 partidos oficiales acumula ya esta temporada el futbolista croata, imprescindible para el montón de entrenadores que ha pasado por el Sánchez-Pizjuán en los últimos meses. Nadie ha jugado tantos minutos, 1.072 entre Liga y Champions, y todo a pesar de sus 35 años y que ahora mismo no tenga clara su continuidad como sevillista. Acaba contrato en junio de 2024 y en poco más de dos meses será libre para negociar con cualquier otro equipo.

“No tengo otro pensamiento que seguir jugando y, para seguir, no hay mejor sitio que el Sevilla. No puedo decir que nací sevillano y sevillista, pero sí que moriré siendo uno más. Quiero seguir unos cuantos años más aquí”. Rakitic no contempla a día de hoy marcharse, lo mismo que ocurre con Jesús Navas. Ambos dispusieron el pasado verano de mareantes ofertas procedentes de la liga saudí. Alrededor de 10 millones netos al año ofrecían a Ivan, una cifra que casi triplica lo que cobra actualmente. Al lateral palaciego le queda el mismo tiempo de vinculación y también le pagaban y le pagarían mucho más en el campeonato árabe. Pero sus ganas de irse son, con cerca de 38 años y después de una aventura en el Manchester City, incluso menores que las de Rakitic.

Se trata de dos veteranos con mucho peso aún sobre el campo y en el vestuario y, también, de dos de los sueldos más importantes de la plantilla. El director deportivo Víctor Orta, que ya ha recortado unos 30 millones de límite salarial esta campaña, quiere y seguramente se verá obligado a rebajar ese gasto bastante más durante el verano que viene, además de proyectar un equipo que vaya ganando en juventud. El club no cierra la puerta a la continuidad de las dos leyendas, pero si eso ocurre será a un precio mucho menor que el actual. El ejemplo está muy cerca y también tiene una vitola de mito igual o superior a la de Navas y Rakitic: Sergio Ramos.

Ramos, libre de contrato en el PSG el pasado 30 de junio, ha dejado de ganar muchísimos millones de euros en Oriente Medio a cambio de jugar esta campaña en el Sevilla. Su sueldo, de un millón de euros netos más objetivos, permanece de hecho en el último escalón salarial del actual vestuario nervionense. En el seno del Sánchez-Pizjuán creen que el defensa camero, amigo íntimo tanto de Ivan como de Jesús, debe servir de ejemplo en las posibles renovaciones de ambos futbolistas. En el caso de Navas, además, se prevé que esta campaña tenga un papel menos importante que las anteriores ante la irrupción de otro canterano que le compite la titularidad en el lateral diestro, Juanlu Sánchez.

El capitán de Los Palacios, eso sí, sigue jugando nada menos que en la Selección española, con la que tiene opciones incluso de viajar a la próxima Eurocopa de Alemania. Habrá que ver si pesa más ese caché o la necesidad de ahorrar y renovarse en un Sevilla que atraviesa una evidente crisis económica y deportiva. Y todo, pesar de haber ganado la Séptima Europa League hace apenas unos meses.

Fernando, con pie y medio fuera

Fernando Reges es el otro peso pesado del vestuario sevillista, pilar en el campo durante los últimos años, que termina contrato en junio de 2024. Salvo giro de los acontecimientos, el pivote brasileño no seguirá en Nervión, como él mismo ha reconocido en algunas entrevistas durante las últimas semanas. Su nivel de juego, sobresaliente desde 2019 a 2022, dio un bajón ya la pasada campaña después de sufrir una mononucleosis y este año ha actuado a cuentagotas (436 minutos), con algún episodio desagradable como el del cambio al que le sometió José Luis Mendilibar ante el Rayo Vallecano. Tal vez sin pretenderlo, el técnico vasco le señaló como culpable de la hasta ese momento derrota (0-2 iba el encuentro) y le sacó del campo poco antes de que concluyera la primera mitad. Visiblemente enfadado, Fernando decidió no devolverle el saludo mientras le recriminaba la inesperada sustitución.