Teatro: VHS, la historia de un cinéfilo cargado de traumas y una alta performance actoral

Nicolás Capristo ideó, elaboró la dramaturgia y le puso el físico como único actor, a VHS, obra estrenada el viernes pasado en el Teatro Beckett. Este unipersonal teatral grotesco invita a los espectadores a empatizar con las torpes penurias de los acontecimientos que va recordando y relatando Sergio, el conflictuado y particular protagonista. 

Los viejos VHS, revolucionarios en su época marcando una nueva forma de ver cine en casa, son una fuerte referencia en la vida del protagonista. Un viejo televisor, en el modesto departamento donde habita Sergio, proyecta escenas de distintos clásicos y Sergio muestra un absoluto conocimiento de actores, actrices, directores y hasta premios y postulaciones. 

Allí, en su ambiente protector y atravesado por el mundo de las películas, Sergio despliega un relato de distintos episodios y épocas de su vida, abordando temas impactantes como el bullying y los traumas. Acontecimientos vergonzosos, angustias, situaciones tensas que lo signaron y enemigos que son representados con muñecos con máscaras.

En medio de estos dolorosos recuerdos y de alusiones a viejas películas, las conversaciones telefónicas con su psicoanalista parecen no tranquilizarlo totalmente al desdichado protagonista.

Este espectáculo se destaca por su hábil manipulación de objetos, el humor y sobre todo por el soberbio  trabajo corporal y vocal de Capristo. Es uno de esos casos en que un buen texto es potenciado, y hasta superado, por una deslumbrante actuación.

VHS, dirigida por Tomás Soko, se presenta todos los viernes de octubre y noviembre, a las 20.30, en el Teatro Beckket, Guardia Vieja 3556, CABA.

Finalizada la función inaugural, Nicolás Capristo resaltó: “La verdad es que tenía muchas ganas de poder hacer la obra y compartirla con la gente. Es un trabajo de mucho tiempo y puertas para adentro ya nos venía pidiendo el encuentro con el público, que es un elemento muy trascendental para la obra. Porque es un unipersonal que se dirige directamente al público. Ya estaba en un momento que el material necesitaba ese ida y vuelta y retroalimentarse”.

El actor que comenzó a estudiar teatro a los 7 años y que se formó tanto en actuación, como en la técnica de clown, de teatro físico, expresión corporal, canto, danza y acrobacia, explicó que “estuvimos un año ensayando con Tomás, el director, y con Malena Caporaletti, compositora musical, que estuvo ensayando con nosotros e hizo toda la música original. Todo lo que se escucha fue creado por ella y estuvimos trabajando en paralelo mientras la obra se iba creando”. 

Sobre su personaje, Capristo contó que “Sergio es un freak cinéfilo, que vive en su departamento heredado y que está tratando de trascender algunos traumas o temáticas que vivió y fueron muy ásperas en su vida. Relacionadas con el bullying , relacionadas con el amor o el desamor, relacionadas con el hecho de ser diferente y de no poder hallarse en la sociedad. Y de encontrar también un refugio en el mundo de las películas”

En un momento de VHS, Capristo interactúa con los espectadores. Señaló que “entrené bastante tiempo la técnica del clown, es algo que me gusta hacer, interactuar con el público. Me gusta estar abierto a lo que vaya pasando, a la improvisación. Bueno, esta obra también cruza muchos lenguajes del teatro físico, de manipulación de objetos, del clown, del drama, del grotesco…”.

Destacó: “me gusta que sea una obra plural y que no sea una obra para un nicho de gente de teatro sino que sea abierta, que pueda venir cualquier persona sea que vaya siempre al teatro o nunca. También creo que es una temática que nos atraviesa  a todos, todos hemos vivido traumas o situaciones difíciles. Me parece que también la identificación con la gente es algo que está bueno de este material”