“Una cosa que no echo de menos de Madrid es el tiempo, esto es otro rollo”

Tras decir adiós al fútbol profesional, la balear disfruta del balón en el Atlético Baleares mientras estudia Comunicación y Dirección deportiva. Atiende a AS antes de ser protagonista en la final de la Nations League.

Está feliz y se le nota. Virginia Torrecilla (Cala Millor, 1994) anunció el pasado 4 de enero su retirada del fútbol profesionalDespués de 14 temporadas en la élite (Collerense, Sporting de Palma, FC Barcelona, Montpellier, Atlético de Madrid y Villarreal) y tras haberse recuperado de un tumor cerebral que llegó a apartarla de los terrenos de juego 683 días, hizo las maletas y volvió a casa. Necesitaba estar con su familia y el fútbol profesional no le aportaba lo que quería. “Dejarlo ha sido la mejor decisión que he tomado en mi vida”cuenta a AS la exfutbolista de la Selección española, que portará el trofeo de la Nations League en la gran final de este miércoles en La Cartuja. Actualmente, disfruta del balón por última vez en el Atlético Baleares, de Segunda RFEF, y estudia comunicación y dirección deportiva. Su futuro, seguirá ligado al deporte que se lo dio todo…

—¿Cómo está tras su vuelta a casa?

javascript:false

—Estoy muy feliz, muy contenta. Es verdad que echo mucho menos la vida de futbolista profesional, la rutina, pero bueno, muy feliz de estar con mis padres, con mi familia y sobre todo de volver a casa. Al final es lo que he necesitado después de tanto tiempo.

—Hablaba de rutina, ¿cómo es la de ahora?

—Pues muy diferente, obviamente ya la primera cosa es que entreno por las tardes, es decir, la rutina que tenía antes de levantarme tan temprano para ir a entrenar, para ser profesional, para estar tantas horas en el club después de entrenar, comer y demás allí, ya es muy diferente. Ahora me levanto, es verdad que muy temprano, y empiezo a hacer cosas. Ahora estoy estudiando para el día de mañana poder ejercer en otro ámbito del fútbol. Tengo muchas cosas abiertas. También intento pasar el día con mi familia, ayudar a mi madre en todo lo que puedo y luego por la tarde ir a entrenar. Voy todos los días menos los martes, así que intento también recuperar, comer bien, hidratarme en todos los sentidos ser profesional dentro de lo que cabe y llegar en las mejores condiciones a la hora de entrenar. Luego llego muy tarde a casa porque entrenamos tarde y estoy a una hora del lugar que entrenamos. Salgo a las siete de la tarde y no vuelvo hasta las once de la noche.

—¿Cómo tomó la decisión de dejar el fútbol profesional y cómo le llega esa oportunidad?

—Fue una decisión tomada hace mucho tiempo, aunque es verdad que el último tramo, antes de Navidad, fue cuando me di cuenta de que no quería seguir siendo jugadora profesional. Fue una decisión muy dura, que me costó mucho tomar porque al final me daba mucho miedo afrontarlo. Pero creo que ha sido la mejor decisión que he tomado en mi vida. Tenía claro que no podía seguir lejos de mi familia y al final el fútbol no me aportaba realmente lo que quería. Lo mejor era volver a casa para estar con los míos. Lo más importante es que ahora sí estoy bien. En el momento en el que decido dejar todo y volver a casa, cuando se enteran, obviamente muchos clubes de aquí de Mallorca se ponen en contacto conmigo y uno de ellos es el Atlético Baleares. Y lo primero que me dicen es que aquí tienen gente que ha perdido la ilusión y ha podido recuperarlo, que es el trabajo que hacen ellos. Me convencieron con eso, que había muchas jugadoras que habían querido jugar al fútbol y que habían vuelto a su mejor nivel aquí, como mi amiga Gabi Gutiérrez, mi capitana. Creo que eso también me hizo sentirme en casa y, sobre todo, saber que estoy cerca de mis padres y que pueden venir a verme.

—¿Y ella le dijo también que fichara?

—Sí. Justo hice una firma de libros en Palma y vinieron muchas de mis compañeras con las cuales he tenido mucha relación y he jugado con ellas en el Collerense, del Sporting Ciutat de Palma… Vinieron a esa firma de libros y me lo dijeron. Gabi me explicó: “mira Viri, yo acabé muy mal con el fútbol y cuando me llegó esta oportunidad no dudé ni un segundo y estoy disfrutando como la que más”. Así que dije ¿por qué no? Para estos cuatro últimos meses, a lo mejor sí que vale la pena. Y una vez que hablé con el equipo, con Marina Tugores, que al final es la directora de sección, y me comentó que estaba muy contenta de la decisión que había tomado, pero que obviamente ella quería que volviese a jugar aquí en casa. Que podría disfrutar. Y lo estoy haciendo, lo estoy haciendo de verdad.

—Y ya ha jugado bastante, ¿cómo se ha sentido en su debut y después?

—Bueno, es verdad que me lo tomo muy diferente. Obviamente no tiene nada de profesional comparado con lo que vengo. Es algo muy bonito, una sensación bonita porque vuelvo a casa, vuelvo a Mallorca, vuelvo a que mis padres pueden venir a verme, mis amigos… De hecho, ya no me acordaba de lo que era guardar entradas en casa para que viniera un montón de gente del pueblo. Lo echaba de menos.

—¿Le costó aceptar ese nivel no profesional, notó que no era élite?

—Obviamente, a nivel competitivo no es el mismo, tampoco le puedo exigir tanto a mis compañeras como se exigía en el nivel profesional, pero bueno, amoldándome a todo ello, a una nueva etapa de mi vida y disfrutando todo lo que venga, sabiendo que dentro de unos meses ya acabará todo. Necesito tener paciencia conmigo misma y también con mis compañeras, porque yo muchas veces les digo cosas… Sé que soy muy pesada, pero es que vengo de la élite, he sido profesional toda mi vida y todavía me cuesta aceptarlo. Y yo lo entiendo perfectamente que hay algunas que me digan que “ya”, aunque no me lo dicen, obviamente, pero lo pensarán.

—¿Y tiene claro entonces de que acabará en junio? Igual le llama Gabi de nuevo…

—No, no creo. Es verdad que no sabemos lo que puede pasar mañana, pero no creo que pase porque, como ya he dicho antes, estoy un poco ya decepcionada con el fútbol, lo veo de otra manera. También necesito otras cosas y me gustaría fomentar el fútbol femenino y luchar por ello desde fuera, creo que ya lo hice desde dentro de la mejor manera posible y ahora quiero hacerlo de la mejor manera posible pero desde fuera.

—Nos ha dado ya alguna pista, ¿de qué manera se está preparando para hacerlo?

—Ahora estoy haciendo un curso de comunicación para poder gestionar contar mi historia, lo que he vivido… A nivel deportivo y a nivel de todo, al final interesa mucho. También estoy haciendo máster de directora deportiva. Todavía me queda un año, tiene una parte presencial, en Madrid, y ahora mismo no puedo.

—¿No la veremos en los banquillos?

—¿Como entrenadora? No, no. No te puedo decir esto nunca va a pasar, porque obviamente podría… Pero sí es verdad que tengo muy poca paciencia para ello. Muy poca y ahora que me doy todavía más cuenta, que estoy con chicas jóvenes y demás y pienso “madre mía, no podría, creo que no podría”.

—¿Y le está gustando más la comunicación o la dirección deportiva?

—No sé qué decirte realmente… A mí la comunicación y el marketing me gustan y sé que tengo muchas salidas por todo lo que he vivido, por escribir Nadie se arrepiente de ser valiente. Pero también me gusta saber gestionar un grupo, un equipo, intentar hacerlo mejor y sobre todo lo que decía fomentar el fútbol femenino y que sea desde dentro de un club. Creo que es algo que tengo muy interno también. Cuando enfermé me di cuenta de lo que era realmente gestionar jugadoras, equipos y que estuvieran encima de una persona cuando lo está pasando mal. Pienso que eso se me daría muy bien también.

—¿Tiene pensado plazos para ello? Porque de momento quiere estar con su familia…

—Me lo tomo con calma, pero si es verdad que mi calma tampoco vale para años. Estamos hablando de que ya estoy haciendo el curso de comunicación, acabando mi carrera deportiva también con lo del Baleares. Llega verano, si puedo estaré metida en todo esto. Soy una persona que tampoco puede estar parada.

—¿Le duele ahora ver al Villarreal, Atlético…? ¿Cómo lo vive?

—Son equipos que han apostado por mí y no se ha podido dar. Yo lo sigo más que antes. Ahora que tengo un poco de más tiempo libre, a pesar de todo, intento estar más tranquila viéndolo, que me da envidia sana, claro que me da envidia sana. Muchas veces pienso “ojalá pudiera estar ahí compitiendo a máximo nivel”. Pero ya se ha pasado, ya necesito pensar en otras cosas y como he dicho antes, al final… Necesito mamar todo lo que estoy viendo desde fuera y enfocarme en todo ello porque es lo que me gusta y en lo que me tengo que centrar a día de hoy.

—Ha vivido fuera toda su vida, ¿hay algo en lo que ahora piense que lo echaba de menos y no se daba cuenta?

—Sí, muchas cosas. Una de ellas es echar de menos el estar con mi familia y poder ir a ver a quien sea en cualquier momento. Eso era inviable antes. Por las mañanas, por ejemplo, es verdad que hacemos muchas cosas entre mi madre, unas cosas mi padre, otras yo, estoy muy abierta a muchas cosas. Pero irme con mi madre a tomar el aperitivo, ¿no? Aquí delante de casa, en el bar de toda la vida, ver a todos mis vecinos y es como, ¡ay, estás por aquí! Eso echaba de menos. Echar de menos por la rutina del día a día, de mi familia, estar con los míos, el poder ver a mis amigos, que hacía mucho tiempo que no los veo. Eso echaba de menos, echaba de menos estar en casa y volver a la rutina de una persona normal de pueblo.

—Y el sol de allí…

—Otra cosa que no he hecho nada de menos en Madrid es el tiempo. El otro día fui a Madrid a hacer una cosa y dije, madre mía… Estoy aquí, en el piso de mis padres, frente al mar, con un sol increíble, paseamos y vivimos en la playa. Otro rollo, otro rollo. No tiene nada que ver.

—¿Qué sabor le dejó su despedida de la élite?

—A ver, conforme no me deja. A mí me hubiese encantado seguir jugando a fútbol, llegar a lo más alto después de todo, pero no ha podido ser. Sí es verdad que yo me di mi último año con el Villarreal para ver qué podía hacer conmigo misma. Y tampoco pude porque no se me da la oportunidad, como ya he dicho muchas veces, pero que no pasa nada. Yo trabajé, lo hice de la mejor manera posible, lo di todo y con eso me quedo. Sí que pensé en mi despedida, en hacer el último partido contra el Atlético de Madrid, allí en Alcalá de Henares. Claro que lo pensé, una despedida con toda la afición que me ha dado todo, que para mí ha sido súper importante todo momento y a día de hoy sigue siéndolo. Pero bueno, la vida ha querido que sea así, de esta manera. Ha sido muy forzada porque obviamente me ha costado mucho tomar la decisión. Yo lo he intentado de todas las maneras.

—¿Hay algún mensaje que recibiera entonces que no esperase?

—No te podría decir uno o una persona, me marcaron muchas, porque al final me escribió mucha gente que aprecio y me habla con el corazón, diciéndome que al final sea un ejemplo en todos los aspectos. Y dentro de todo, pues… Siempre quise ser una referente en el fútbol femenino, pero me quedo con ser referente como persona. Eso es lo que me llevo. Que la gente me tenga en cuenta como la persona que ha sobrevivido, con todo lo que he hecho y siendo ejemplo como mujer y persona.

—Déjeme decirle que ya lo era antes…

—Sí, creo que tengo unos valores que siempre he transmitido. Allí en el Baleares, cuando voy a entrenar hay un hombre del club y le dije “qué simpático eres”, y él me contestó “la simpática eres tú, que no dejas de sonreír nunca”. Y tiene razón. Incluso cuando tengo un mal momento, llego al vestuario y el chip cambia. Que la gente también sepa que después de momentos malos, pues siempre tienes que sonreír.

—Sobre su carrera, ¿cuál ha sido su momento más feliz dentro del campo?

—Dentro del campo, puedo tener muchos pero si tengo que destacar uno es el de volver a redebutar con Atlético de Madrid contra el Barça en la Supercopa. Sí, y después de la final que se pierde 7-0 y el Barça es campeón, lo primero que hacen es mantearme, mi vuelta a los terrenos de juego y la gente aplaudiendo… Creo que hay una imagen muy bonita, una imagen que habla por sí sola y eso da de qué hablar en el fútbol femenino que al final es algo histórico. Me quedo con eso, sin duda.

—Esa foto ha pasado a la historia. Lalu Albarrán fue una de las que la captó…

—Totalmente, Lalu recoge una imagen preciosa y creo que eso queda para los restos en el fútbol femenino.

—¿Y su peor momento dentro del campo?

—Muchos, pero me acuerdo mucho en el Mundial de Francia, cuando hago el penalti ante Estados Unidos y nos meten el 2-1. Penaltito… Fue duro porque al final veníamos de hacer un torneo muy bueno, ahí nos dimos cuenta de que España podía hacer algo más y que el fútbol femenino estaba cambiando la historia. Pero personalmente, que fui yo la que hice el penalti, me tocó, me tocó mucho…

—¿Cuál ha sido la rival más difícil a la que se ha enfrentado en su carrera?

—Me he enfrentado a muchas muy buenas, que me han sido muy difíciles de defender. Una de ellas, sin duda, Le Sommer. Para mí ha sido una jugadora muy potente que nunca he podido parar. Sobre todo cuando estaba en el Montpellier.

—¿Y con la que mejor ha congeniado dentro del campo?

—Con muchas, muchísimas. Pero, por ejemplo, me he entendido mucho con Nahikari. Otras, Lucía García, Sofia Jakobsson… Jugadoras que al final eran potentes, rápidas y con mi forma de jugar conectaba mucho con ellas.

—La lucha de las futbolistas españolas, no obstante, empezó en Canadá 2015… ¿Cómo contaría lo que han vivido?

—Lo cuento feliz, sonriendo, al final hemos pasado mucho. Si vuelvo atrás y pienso en todo lo que hemos vivido, ha sido muy complicado, muy duro, aguantar comentarios día tras día, acciones muy feas y al final entras en un bucle muy duro que es el que hemos vivido. Desgraciadamente hemos tenido que vivir estas cosas para que a día de hoy no se vean tanto y, sobre todo, que se cambien, que al final es por lo que estamos luchando día tras día. Me siento muy orgullosa y muy feliz de ser la persona que soy a día de hoy sabiendo que he vivido momentos muy duros pero lo más importante es que estamos cambiando el día a día que gracias a toda esa lucha y a personas como nosotras, que estamos abriendo esas puertas y tirando esos muros consiguiendo cosas muy bonitas como es ese Mundial.

—¿Lo ha cambiado todo ese Mundial?

—Por supuesto. Si no se hubiese ganado ese Mundial, no hubiese cambiado absolutamente nada de lo que hemos vivido hasta el día de hoy. Así que, desgraciadamente, todo lo que hemos vivido nos ha aportado cosas, muchísimas cosas. Y gracias a ello, se va a llegar a los Juegos Olímpicos y se va a hacer historia de España otra vez. Claro que sí.

—¿Cree que a través del fútbol han conseguido que se respete más a las mujeres?

—Por supuesto, ya no creo que sea solamente el fútbol femenino, que obviamente es una parte muy importante, sino el deporte femenino, se está viendo que estamos trabajando mucho, que se están haciendo cosas muy buenas y hablando de este deporte tan bonito como es el fútbol, creo que obviamente se valora más a la mujer, claramente, al final en España es el deporte rey. Ya no solo las niñas quieren ser Alexia Putellas, Mapi León o Irene Paredes, los niños también quieren ser como esas jugadoras. Y creo que es algo muy bueno.

—Sin embargo, puede resultar injusto que se haya tenido que ganar un Mundial para que las jugadoras fueran escuchadas, ¿no?

—Claro que lo veo injusto. Veo injustas muchísimas cosas, pero lo más positivo de todo de que al final se tenga que llegar a ganar un Mundial es que se dé cuenta todo el mundo de las cosas que están pasando. Lo he dicho muchas veces, si hay imágenes, ¿cómo puede ser que aún así la gente diga que no? Incluso las propias mujeres que no nos reforcemos entre nosotras. No quiero ni pensar lo que tienen que estar sufriendo las mujeres que no tienen imágenes y no tienen cómo poder defenderse en el día a día cuando la gente no pueda verlo.

—También se ha hecho pedagogía, con Ocampos parece que hubo más que gente identificando que era una agresión…

—Sí. Pero a mí lo que me molesta, y obviamente estoy con Ocampos en todo momento, es inaceptable lo que le pasa, sea hombre o mujer, pero lo que me molesta es que luego se diga “si pasa en el fútbol femenino ya sabes lo que pasa…”. Claro que sabes lo que pasa porque no te pueden tocar el culo. Y si a ti te pasa, denuncia. No lo digas. No hables de fútbol femenino si en su día no lo has defendido. Denuncia. Le pasa a un hombre y la gente se ríe. A mí no me toca el culo. Y si se tiene que parar el partido, y se tiene que acabar el partido, y se tiene que echar al aficionado, se le echa. El caso es que te lo tomes en serio. Porque yo estoy segura de que si Ocampos se gira, le pega una hostia al tío y no pasa nada. Yo le pego una hostia al chavalín y el chaval me pega. Es que la gente no es consciente de esas cosas. Y eso es lo que me molesta. ¿Para qué ha dicho lo del fútbol femenino? Denuncia y habla y ya está. Y di que esto no se pasar y punto y se acabó.

—¿Cómo ha visto a la España de Montse Tomé estos meses?

—Pues creo que al final Montse hace lo que puede, intenta hacerlo de la mejor manera posible, igual que en la Federación ha habido muchísimo movimiento. ¿Y que cada día hay jaleos? Pues sí, es verdad, pero bueno, creo y quiero llegar a entender y creo y quiero pensar que al final lo están haciendo de la mejor manera posible. Es verdad que, por ejemplo, el cambio de sede de Cádiz a Sevilla es más difícil de entender. Pero creo en el proyecto que tienen que hacer, en todo lo que tienen que aportar para seguir mejorando y que poco a poco se está haciendo, no se puede hacer todo de una, porque obviamente es una institución muy grande como la Selección española. Pero bueno creo que sí que se están dando esos cambios para que las jugadoras puedan pensar en jugar al fútbol y nada más.

—¿Cómo ve la final de la Nations League?

—Va a ser un muy buen partido para que la gente lo vea. Personalmente creo que son las dos selecciones más potentes de Europa y hace tiempo que se tienen ganas… Es como el Lyon contra el Barcelona. Va a ser un partido bonito y competitivo.

AS