Boca Juniors le ganó el superclásico, en un partidazo, a River Plate y es semifinalista

Boca Juniors derrotó a River Plate 3-2, en el estadio Mario Kempes, y avanzó a la semifinal, donde enfrentará a Estudiantes. Esta edición del superclásico ofreció un partidazo y tuvo la curiosidad que los cinco goles fueron anotados por jugadores extranjeros: dos del uruguayo Miguel Merentiel y otro de su compatriota Edinson Cavani para el Millonario y el colombiano Miguel Borja y el chileno Paulo Díaz para el Millonario.

El primer cuarto de hora del partido tuvo como dominador a River. Seguro y activo en el mediocampo, veloz e incisivo arriba. Y a los 9 minutos festejó en un certero contragolpe, quedando en superioridad numérica -tres atacantes de River, dos defensores de Boca- para un pase exacto de Claudio Diablito Echeverri a la derecha para Miguel Borja, que metió el remate bajo, abriendo su pie derecho, para extender su racha goleadora y completar una docena de tantos en este torneo.

De a poco se fue afirmando Boca, corrigió errores, encontró conexión y terminó el primer tiempo con esa evidente mejoría. Y también con el gol del empate. En el minuto 46, una pared entre Jabes Saralegui y Luis Advincula, por la derecha, culminó con el centro al medio del área del peruano. Allí estaba, acompañando la jugada, Miguel La Bestia Merentiel para tirarse y meter el zurdazo directo al 1 a 1.

La polémica de la tarde se produjo a los 5 minutos del segundo tiempo. Después de un tiro de Facundo Colidio y un blooper -cabeceó Pol Fernández, la pelota le pegó a Cristian Lema y fue hacia el arco propio-, Sergio Romero con una espectacular reacción, a puro reflejó, atajó en la línea. El árbitro Yael Pérez Falcón, permisivo en algunas jugadas que merecieron castigo, lo cobró. Pero enseguida recibió el llamado del VAR…

¿El balón pasó la línea o no? Dio la impresión que por milímetros no lo hizo, sin embargo es imposible afirmarlo o negarlo con certeza absoluta. Depende del ángulo de la cámara con que se lo observe. Lo concreto fue que el Pérez Falcón, tras casi cinco minutos viendo la repetición en la pantalla, finalmente resolvió anular el gol.

Esa jugada descalabró a River y le dio mayor ímpetu a Boca. Se convirtió en un factor anímico importante, una bisagra en el cotejo. Quedó en evidencia que afectó negativamente al Millonario y, por el contrario, incrementó la moral del Xeneize.

En el juego táctico Diego Martínez superó a Martín Demichelis. El DT forjado en el ascenso y con posterior paso por Godoy Cruz, Tigre y Huracán leyó e interpretó con claridad e inteligencia el partido. El Xeneixe estuvo mejor parado, con mejores ideas y en cinco minutos facturó dos goles.

Dio vuelta el resultado con un cabezazo de Edinson Cavani, al recibir el centro de Kevin Zenón luego de un mal despeje de Marcelo Herrera, a los 16 minutos. Y a los 21, Franco Armani le tapó, sobre un costado, un mano a mano a Cavani y el rebote le quedó justo a Miguel Merentiel, de frente al arco libre, para plasmar el 3 a 1.

Mantuvo la intensidad el cotejo. Boca siguió reinando, pero River no se resignó y emprendió una carga desordenada pero encendida en los instantes finales. Solamente le alcanzó para achicar las cifras, en el sexto minuto de descuento; Paulo Díaz cabeceó a quemarropa, tapó Chiquito Romero y el defensor chileno se arrojó hacia adelante en el área chica para tomarse revancha y vencer al arquero con un zurdazo.

Apenas unos segundos después se acabó el vibrante superclásico. Y todos los festejos y cantos de victoria se pintaron de azul y oro. La próxima escala, ¿nuevamente en Córdoba?, será ante Estudiantes de La Plata, que ayer eliminó, con una goleada convincente, a Barracas Central.