Barcelona ganó el clásico catalán y se coronó campeón anticipado, pero tuvo que escapar por el intento de ataque de la barra de Espanyol

Foto: La Liga

Barcelona superó a Espanyol 4-2, como visitante, y se consagró campeón de la La Liga de España, cuatro fechas antes del final del campeonato. El equipo dirigido por Xavi Hernández suma 85 puntos, en las 34 jornadas disputadas, y Real Madrid (que ayer venció a Getafe 1-0), con 71 unidades, ya no podrá alcanzarlo.

De esta manera Barcelona vuelve a salir campeón tras tres temporadas, con dos títulos de Real Madrid y uno de Atlético de Madrid, y obtiene su 27 corona de la máxima categoría española. Y es el primero tras el alejamiento de Lionel Messi.

Poco tardó Barcelona en establecer su clara superioridad ante Espanyol, que está en zona de descenso. Con un estilo agresivo y prolijo, demolió a su rival. Asistencias perfectas y definiciones en los metros finales del área desembocaron en los cuatro goles.

Alejandro Baldé mandó un centro, desde la izquierda, y Robert Lewandowski anotó, a los 10 minutos. Un gran desborde y centro de Pedri, por izquierda, terminó en gol de Alejandro Baldé, a los 20 minutos. Y un gran pase de Rapinha le permitió a Lewandowski volver a convertir, a los 40 minutos.

Barcelona con ese primer tiempo contundente ya se sentía campeón. Se extendió el dominio en el arranque del segundo tiempo. Y se amplificó la goleada, con un pase frontal de Frankie De Jong y el cabezazo de Jules Koundé, a los 7 minutos.

La reacción de Espanyol en el tramo final sólo sirvió para acortar cifras y decorar con un poco de dignidad el resultado, porque la hazaña era un enorme utopía. Espanyol descontó con un brillante definición de Javi Puado, picándole la pelota a Ter Stegen, a los 27 minutos, y un toque corto de Joselú, tras un rebote en el poste, a los 47 minutos.

Finalizado el partido, los jugadores y cuerpo técnico de Barcelona festejaban, sin ningún tipo de provocación o exceso, cuando barras de Espanyol saltaron al terreno de juego intentando agredir a los visitantes. Al advertir la situación, los futbolistas y staff técnico de Barcelona corrieron al vestuario para seguir allí con la celebración íntima.

Los violentos locales, entonces, rompieron el banco de suplentes y varias butacas de la platea. Y se enfrentaron con policías y personal de seguridad privada.