Con el Madrid ganando en el 83′, Pau Norbert Cebrián, asistente de Soto Grado, entró al campo para apremiar al portero blanco. En 2016, fue mandado a la nevera por su cercanía con los jugadores del Barcelona.
Fue sobre todo, sorprendente. El Madrid ganaba y sufría en el 83′ para mantener la ventaja en el marcador. Tras el gol de Joselu, la Real había dado un paso adelante y al equipo blanco le tocaba contemporizar y aguantar de la mejor manera posible la acometida visitante. Los madridistas jugaban con el resultado y en una de esas llegó la polémica. Kepa se disponía a sacar de puerta, y para ello, se acercó a recoger el balón que había quedado a su izquierda. Dentro del campo, pero algo fuera del área. Entonces, sorprendentemente, Pau Norbert Cebrián, el asistente principal de Soto Grado, no dudó en abandonar su posición en la banda, adentrarse en el terreno de juego y pasarle el balón con el pie con la clara intención de apremiarle. La situación sorprendió a propios y extraños. En primer lugar, a la grada, que protestó ostensiblemente el gesto. Y en segundo, a los propios futbolistas, con Alaba como principal reflejo de la sorpresa. El austriaco se dirigió a Soto Grado contrariado pidiendo explicaciones por lo que acababa de hacer su asistente.
Y es que se trata de un gesto muy poco habitual en el arbitraje. Si bien no hay normativa que prohíba a los árbitros tocar el balón, se entiende como una ley no escrita. El Bernabéu lo interpretó como un claro gesto para conseguir, de forma excesivamente evidente y efusiva, que los madridistas no se demorasen, algo que se ve en todos los campos españoles y que Norbert Cebrián optó por resolver de una manera insólita.
A todo ello hay que sumarle que llueve sobre mojado. Y es que los precedentes no son halagüeños para el colegiado. En 2016, según contó la Cadena SER, fue mandado a la nevera tras un Barcelona-Real Madrid en el Camp Nou. El motivo, su excesiva cercanía con los jugadores culés en el túnel de vestuarios. Hoy vuelve a estar en el foco después del detalle de ayer. Diversos aficionados detectaron el gesto y no denunciaron tanto en el estadio como después, en redes sociales. Un detalle que ha traído cola y ha generado debate por inusual.
AS