Una emotiva sorpresa entre hermanos en el estadio de Vélez Sarsfield

En las canchas de fútbol, esa caja de resonancia e identificación de tantas pasiones, suelen ocurrir pequeñas (grandes) historias personales y familiares. Uno de esos casos se dio anoche en el José Amalfitani, instantes antes del comienzo del partido entre Vélez Sarsfield y Atlético Tucumán.

Sergio Daniel Rossemblum es uno de esos hinchas conocidos y queridos por todos en el club de sus amores. Como sucede en tantas canchas argentinas, se trata de uno de esos personajes que nunca faltan y que genera empatía entre quienes se le acercan.

Abogado penalista de profesión y familiero de corazón. Rossemblum compartía en su niñez tribuna y luego platea con su padre, su hermano y sus amigos de la infancia, todos fanas de El Fortín. Su hermano Pablo el Turco se radicó en Estados Unidos hace 22 años y aunque el contacto, vía telefónica y algunos viajes por medio, la añoranza, a causa de la distancia, es grande.

Ayer era un día especial porque el mayor de los hermanos cumplía 60 años y Sergio tenía la ilusión de saludarlo en persona. Extrañándolo un poco más en esa fecha especial, durante la mañana lo felicitó telefónicamente y también lo saludó por sus redes sociales.

La gran sorpresa llegó a la noche. Sergio estaba sentado en la Platea Norte y desde atrás apareció un hincha con un gorro de Vélez cantando fuerte. ¿Quién era? Nada más y nada menos que el Turco Rossemblum dándole una emotiva sorpresa a su hermano.

El Doc primero no reaccionó, la emoción lo paralizó y luego sí llegó el momento del fuerte abrazo. Para que esta historia pudiera cumplirse hubo varios cómplices: familiares y amigos cercanos que mantuvieron, además de colaborar en la logística, el secreto.

Por la mañana Sergio había posteado en sus redes sociales, de alto contenido fortinero: “La idea era festejar su cumpleaños, no pudimos. No pudimos vernos 15 años que no nos devuelve nadie. Tampoco nadie nos saca los 30 anteriores fabulosos, ni los 8 posteriores, también fabulosos. Hicimos una gran hermandad”.

A la noche, que se completó con la victoria del equipo de los felices hermanos, el Doc señaló: “No menos de 30/40 cómplices: mi mujer, mis hijos, mis amigos de toda la vida. Todos unos tremendos sinvergüenzas. Y yo saludándolo por los 60 años como un pelotud… Antes de salir el equipo, apareció un tipo cantando a lo loco por detrás mío.No lo reconocí por no menos de 10 segundos. VOLVIÓ MÍ HERMANO A LA CANCHA, viejoooo!!!! 23 años después.Con el gorrito del Vélez Lanús del 93. Casi me infarta, el h de p!!!!”