Su mal momento de forma, visibilizado en Anfield, se une a las declaraciones sobre su futuro que muchos han entendido como una posible puerta de salida del club.
Pep Guardiola tiene un arduo trabajo por delante para conseguir que de Haaland se hable por sus goles y no por nada más. El Manchester City dio una imagen vulnerable en Anfield ante el Liverpool y uno de los más señalados en el empate final (1-1) fue precisamente el delantero noruego. Estuvo desasistido, casi aislado, pero cuando tuvo opción de demostrar su valía, por ejemplo en un mano a mano con Van Dijk, no se le vio nada fino.
Haaland está viviendo uno de sus peores momentos desde que fichó por el City. A nivel físico no se le ve como otras veces y su rendimiento de cara a puerta también ha bajado, a pesar de que sus estadísticas las maquilla el partido de FA Cup en Preston en el que hizo cinco goles. No estuvo bien ante el United y tampoco en Anfield, los partidos en los que realmente debe ser determinante.
Los jugadores con más peso del equipo están muy encima de él. Al capitán Rodri se le vio gesticularle en el segundo tiempo cuando perdió una posesión en el juego de espaldas por no estar lo suficientemente contundente ni preciso. No es la primera vez que recibe reprimendas de futbolistas de calado en el equipo como por ejemplo De Bruyne. Guardiola quiso activarle desde la banda, algo que repite en muchos encuentros. No funcionó.
Todo esto llega en unos días en los que el propio jugador habló sobre su futuro y dejó una frase que descoloca al City. “Soy muy feliz aquí con el club y con el técnico. ¿Mi futuro? Esto puede dar titulares… Ya se verá. Nunca se sabe qué puede pasar”, comentó. A pesar de ser aparantemente una previa tranquila de un partido de vuelta de Champions ante el Copenhague, la frase dio la vuelta al mundo. El City, que es muy cuidadoso en su política de comunicación, se vio sorprendido por una declaración que en ningún caso quería que se hubiera producido. Los tabloides ingleses enseguida llenaron sus portadas con ello.
Con contrato hasta 2027, Haaland es un jugador capital para Guardiola y para el City. Es la punta de lanza del proyecto. La apuesta que hizo Txiki Begiristain por él suponía, entre otras cosas, renunciar a Mbappé. El club mancuniano antepuso el noruego al francés, a pesar de que sabía que en un par de años, como va a ocurrir en verano, podía ser una oportunidad de mercado. El primer curso de Haaland en el Etihad fue fabuloso con la consecución del trébol. En el segundo, las cosas se están encallando algo más. Sólo marcar goles y goles puede hacer que se disipe este ruido que ya empieza a sonar en torno a él.