Rosario Central inició su recorrido con una victoria sobre Peñarol, en un partido con incidentes al principio y al final

Rosario Central derrotó a Peñarol 1-0, en el estadio Gigante de Arroyito, en su debut en el Grupo G de la Copa Libertadores. Carlos Quintana anotó el gol local. Antes del partido hubo incidentes entre las barras y al final un proyectil arrojado por hinchas de Central lastimó a Maximiliano Olivera, jugador del equipo uruguayo.

Buscó Rosario Central tomar el control y Peñarol mostró firmeza. Era parejo y disputado el cotejo, con mucha intensidad de ambos lados. El desnivel llegó en el minuto final del primer tiempo, cuando un tiro de Facundo Mallo pegó en el travesaño; Quintana tomó el rebote y con un movimiento acrobático mandó la pelota adentro del arco.

Con la tranquilidad de ese gol, el equipo de Miguel Russo mantuvo el orden y la estabilidad en el segundo tiempo. De todos modos, Maximiliano Silvera tuvo dos chances clarísimas: remató alto desde una posición muy favorable, en la primera, y en la otra recibió un pase largo enfrentó a Fatura Broun y le picó la pelota pero Quintana llegó para salvar, cerca de la línea, con un cabezazo.

En tiempo de descuento, hubo un agarrón mutuo, dentro del área, entre Martín Gianoli y Quintana. Todo Peñarol reclamó penal, pero lo cierto es que no existió y ni el árbitro ni el VAR lo tomaron en cuenta.

Violencia antes y después

Antes del comienzo del partido hubo incidentes en el estadio. Desde la tribuna alta, donde estaba la barra local, y la tribuna baja, ocupada por los hinchas de Peñarol, se inició una guerra de proyectiles. Volaban de arriba a abajo y viceversa.

En un momento los hinchas locales tiraron vallas de contención, que fueron amortiguadas entre un paravalanchas y unas banderas. Pudo haber sido una tragedia. Después de un largo intercambio de todo tipo de objeto contundente, las fuerzas de seguridad consiguieron calmar la situación.

Finalizado el partido, desde la tribuna local le tiraron proyectiles, esta vez, a los jugadores de Peñarol cuando se acercaban para saludar a sus hinchas. Maximiliano Olivera recibió un piedrazo en su rostro, que le produjo un corte sangrante y luego se desmayó, siendo trasladado a un sanatorio.