El delantero ha marcado 8 de los 12 goles del PSG esta temporada y tiene un equipo que gira en torno a su figura. Su renovación sigue en stand-by.
La temporada de Kylian Mbappé ha pasado de la tensión al apaciguamiento en cuestión de un mes. El 12 de junio, el delantero enviaba una carta sellada a la sede oficial del PSG para manifestar su intención de no renovar hasta 2025. Descartado de la gira por Japón, aislado de la dinámica del primer equipo y con un Al Khelaïfi firme para dejarle en la grada, todo cambió el 12 de agosto, en una reunión entre ambas partes en el Parque de los Príncipes que le reinsertó con el resto de la plantilla.
Desde entonces, respaldado por un mercado de fichajes que le ha ofrecido plena garantías, con hasta 12 incorporaciones, el capitán de la selección francesa se ha mantenido en silencio, hablando únicamente en el terreno de juego. En lo que llevamos de curso, el PSG ha marcado 12 goles y 8 han llevado la rúbrica de Kylian Mbappé, que adelantó a los parisinos en el debut en Champions de los de Luis Enrique contra el Dortmund y volvió a demostrar que ni siquiera necesita hacer grandes partidos, porque su actuación fue irregular, para ser determinante.
El equipo que han cincelado Luis Campos y Al Khelaïfi es lo que pidió exactamente en mayo de 2022 al estampar la firma de renovación hasta 2024, con opción a una temporada suplementaria que no activó al haber caducado la cláusula unilateral el pasado 31 de julio. Se marcharon Messi, Neymar y Ramos, le otorgaron el liderazgo del equipo y le rodearon de jugadores que estaban dispuestos a hacer grandes esfuerzos para que se sintiera la estrella, a pesar de que Luis Enrique ha reiterado públicamente que su equipo está formado “por 23 titulares”.
Este martes, en la victoria ante el Dortmund, el técnico asturiano alineó a tres jugadores nacidos en Isla de Francia, la región de París: Kolo Muani, Ousmane Dembélé y Kylian Mbappé. Los tres, compañeros en la selección francesa, han forjado un ecosistema en el que el exjugador del Mónaco se siente libre, tiene una referencia que le permite encontrar más espacios para moverse y, sobre todo, se compenetran a las mil maravillas.
En el centro del campo, además, Ugarte, Vitinha y Zaïre-Emery son tres gregarios que intentan poner a Mbappé en las mejores condiciones posibles. La complementariedad que existe en la medular es total, siendo el uruguayo el sostén del equipo cuando el PSG no acaba jugadas. Lucas Hernández, su compañero de selección, es el que le permite meterse por dentro cuando sube la banda izquierda y tanto Skriniar como Marquinhos realizaron un encuentro inmaculado en el debut en la Champions League.
Muchas de las opciones de la renovación de Mbappé, que ahora mismo se encuentra en stand-by, dependen de que el delantero se sienta cómodo con el equipo y que, a su vez, existan posibilidades reales de ganar la Champions League. Su compañero, Achraf, que marcó un espléndido gol frente al Dortmund, uno de los mejores socios que tiene en el campo, aseguró en zona mixta el martes que “merece ganar el Balón de Oro”. Para que ello se produzca, deberá hacer una Copa de Europa imponente, algo que, de momento, no ha conseguido en la capital francesa.